LA FOTO DEL AÑO
He recibido un recorte de periódico con la foto de una niña de 11 años que la casan, en Afganistán, con un hombre de 40. Están muy sentados entre cojines y cortinas. El periódico dice: “UNICEF: LA FOTO DEL AÑO”. Es un drama para la niña, pero ahí esta dócil y temerosa.
Esta foto del año nosotras podríamos hacerla cada dos días aunque no salgan en el periódico y por supuesto sin el marido porque éste no aparece por aquí y tiene interés de no dejarse ver.
En lo que llevamos de año, poco más de un mes, ya hemos recibido en nuestra casa 8 niñas menores de 13 años con el mismo problema de fondo. La última llegó ayer, la de los ojos tristes. Alguna ya “ha estado” con el marido, un hombre que ya tiene dos esposas y que es tan mayor que ni puede ir al campo a trabajar. Para eso tiene a sus mujeres.
8 niñas que han bloqueado su pasado al entrar por nuestra puerta y ahora viven entre sus nuevas compañeras, sus cuadernos, su ropa nueva, sus juegos…Ahora viven como niñas pero nadie sabe lo que llevan en su corazón endurecido por la herida que aún esta abierta y que el visitante de paso no advierte.
Es el día a día, es en sus comportamientos chocantes, en sus reacciones violentas que nosotras palpamos todo el sufrimiento por el miedo de que algún miembro de su familia aparezca a buscarlas; pero también es en el día a día que las vemos sentirse mas seguras, mas confiadas, mas niñas….
¿Dónde están los Derechos del Niño? Aquí, las autoridades, cuando presentamos cada caso nos dicen muy sonrientes:” Hermana, hagan lo que puedan, todo esta muy bien…”. Con estas u otras respuestas parecidas nos volvemos a casa, así que ya ni vamos a ellos cuando llega una nueva. Intentamos solucionar el problema de la mejor manera.
Algunas, vuelven a su casa después de unos días aquí. La presión de su familia es muy fuerte, las amenazas y el miedo las puede. Otras se quedan y aprenden a leer, escribir, cocina, costura…Pero el problema no se termina. Otras vendrán mañana con los ojos llenos de lágrimas y las señales de la violencia que han sufrido.
¿Cuándo va a cesar este tráfico de niñas que dejan de serlo porque a su hermano mayor o a su tío materno (como es el caso en nuestra zona) se les ocurre que tienen que cambiarla para que ellos puedan tener una segunda o tercera esposa?
¿Hasta cuando dejara de haber fotos del año de este estilo?
A pesar de todo, ellas siempre sonríen sin quejarse y es una lección para nosotros. Un fuerte abrazo
Sor Encarnación
He recibido un recorte de periódico con la foto de una niña de 11 años que la casan, en Afganistán, con un hombre de 40. Están muy sentados entre cojines y cortinas. El periódico dice: “UNICEF: LA FOTO DEL AÑO”. Es un drama para la niña, pero ahí esta dócil y temerosa.
Esta foto del año nosotras podríamos hacerla cada dos días aunque no salgan en el periódico y por supuesto sin el marido porque éste no aparece por aquí y tiene interés de no dejarse ver.
En lo que llevamos de año, poco más de un mes, ya hemos recibido en nuestra casa 8 niñas menores de 13 años con el mismo problema de fondo. La última llegó ayer, la de los ojos tristes. Alguna ya “ha estado” con el marido, un hombre que ya tiene dos esposas y que es tan mayor que ni puede ir al campo a trabajar. Para eso tiene a sus mujeres.
8 niñas que han bloqueado su pasado al entrar por nuestra puerta y ahora viven entre sus nuevas compañeras, sus cuadernos, su ropa nueva, sus juegos…Ahora viven como niñas pero nadie sabe lo que llevan en su corazón endurecido por la herida que aún esta abierta y que el visitante de paso no advierte.
Es el día a día, es en sus comportamientos chocantes, en sus reacciones violentas que nosotras palpamos todo el sufrimiento por el miedo de que algún miembro de su familia aparezca a buscarlas; pero también es en el día a día que las vemos sentirse mas seguras, mas confiadas, mas niñas….
¿Dónde están los Derechos del Niño? Aquí, las autoridades, cuando presentamos cada caso nos dicen muy sonrientes:” Hermana, hagan lo que puedan, todo esta muy bien…”. Con estas u otras respuestas parecidas nos volvemos a casa, así que ya ni vamos a ellos cuando llega una nueva. Intentamos solucionar el problema de la mejor manera.
Algunas, vuelven a su casa después de unos días aquí. La presión de su familia es muy fuerte, las amenazas y el miedo las puede. Otras se quedan y aprenden a leer, escribir, cocina, costura…Pero el problema no se termina. Otras vendrán mañana con los ojos llenos de lágrimas y las señales de la violencia que han sufrido.
¿Cuándo va a cesar este tráfico de niñas que dejan de serlo porque a su hermano mayor o a su tío materno (como es el caso en nuestra zona) se les ocurre que tienen que cambiarla para que ellos puedan tener una segunda o tercera esposa?
¿Hasta cuando dejara de haber fotos del año de este estilo?
A pesar de todo, ellas siempre sonríen sin quejarse y es una lección para nosotros. Un fuerte abrazo
Sor Encarnación
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