LAS SANDALIAS DE AFIA
Hace unas semanas día a las niñas más pequeñas (10-11 años) que se han quedado en casa durante estas vacaciones, 500 Francos (0,76€), para que se compraran unas sandalias que están “de moda”.
Todas encontraron su numero menos Afia. No os podéis imaginar con que ansia iba cada jueves al mercado con sus 500 francos bien apretados en la mano, a ver si encontraba las sandalias. Se recorría los puestos uno por uno y volvía a pasar por si acaso, probándose siempre el mismo número a sabiendas que le quedaba pequeño. Estaba desesperada. Sus ojos brillaban pero no quería que nadie la viera llorar. Las amigas que la acompañaban estaban ya cansadas de recorrer el mercado durante horas bajo un sol abrasador (las encanta ir a mediodía). Afia siguió buscando y por fin, el jueves pasado encontró las sandalias.
Hace unas semanas día a las niñas más pequeñas (10-11 años) que se han quedado en casa durante estas vacaciones, 500 Francos (0,76€), para que se compraran unas sandalias que están “de moda”.
Todas encontraron su numero menos Afia. No os podéis imaginar con que ansia iba cada jueves al mercado con sus 500 francos bien apretados en la mano, a ver si encontraba las sandalias. Se recorría los puestos uno por uno y volvía a pasar por si acaso, probándose siempre el mismo número a sabiendas que le quedaba pequeño. Estaba desesperada. Sus ojos brillaban pero no quería que nadie la viera llorar. Las amigas que la acompañaban estaban ya cansadas de recorrer el mercado durante horas bajo un sol abrasador (las encanta ir a mediodía). Afia siguió buscando y por fin, el jueves pasado encontró las sandalias.
Cuando llegó a casa, por su cara, comprendí que por fin tenía sandalias. Se reía nerviosa. Dijo que nunca había tenido unas sandalias tan bonitas (en realidad son las primeras de su vida) y nos dijo que esa noche iba a dormir con ellas de lo contenta que estaba
Las sandalias son de plástico pero tienen piedrecillas de colores que brillan y sobre todo un taconcito que al andar hace clac, clac, clac y eso para ella es lo mejor del mundo.
Afia no perdió la esperanza y siguió buscando. No se desanimó y tuvo el premio a su fuerza de voluntad y a su ilusión por tener lo que quería. Nosotras la gastábamos bromas pero ella, con tan poca cosa, es la mas feliz del mundo y nos miraba como diciendo “reíros, pero yo tengo unas preciosas sandalias” y más que sabe que muchas otras niñas de su edad no las tienen.
Os animo a no perder nunca la esperanza y trabajemos con ilusión y entusiasmo para obtener aquello que deseamos, luchando para alcanzar nuestro ideal que nos ayude a ser mejores personas, mejores cristianos…. Aunque se rían de nosotros.
Un fuerte abrazo
Encarnación