
CRÓNICA DESDE MATERI
Los primeros días de mi estancia aquí, todo el pueblo me saludaba, me daba la bienvenida me dieron un nombre como alguien que pertenecía a su familia: Hwega… hoy todas las mujeres me llaman por ese nombre.
Yo había reparado en que al darme la mano, las suyas estaban secas, agrietadas, rugosas…Incluso una de ellas...