Cuando oyes los debates que a causa del crucifijo en las escuelas ó lugares públicos, que hay en Europa, no hablemos del rosario, que suena antiguo, trasnochado, “carca”…; piensas que aún hay lugares de la tierra en los que todos esos signos son importantes.
Recuerdo a un alumno mío que compró un rosario en Montserrat y me dijo:
”Quieres ver el collar tan bonito que le he comprado a mi abuela?...Eso dice todo…el niño no tenía ni idea que “aquello” era para rezar.
Sin embargo aquí me faltan rosarios para la gente que me los pide; gente sencilla que quiere rezar ¿y qué método más simple que el rosario? Están deseosos de rezar, de orar junto a otras personas que tienen la misma fe.
Me emociona recordar a una anciana que por primera vez cogía entre sus manos un rosario, solo lo miraba con los ojos llenos de alegría y lo pasaba sin cesar entre sus dedos, como quien tiene un tesoro, que nadie le puede quitar.
¿Y la cruz? Es un honor para ellos llevarla al cuello y hay quien a la entrada de su casa la tiene pintada. Para la mentalidad de mucha gente que cree en los malos espíritus, llevar la cruz es un “amuleto” que les defiende de ellos. ¿Y no tiene esa creencia algo de cierto? ¿No es nuestro refugio contra el mal? ¿No es nuestra fuerza en los malos momentos?...
Aquí que conviven diferentes religiones, la cruz les distingue y todos conocen que son cristianos. No se oculta, al contrario se muestra con orgullo y convicción.
En fin todo esto nos ayuda a reflexionar que hay sociedades en las cuales los símbolos religiosos son muy importantes, que tienen a Dios y su voluntad siempre en los labios y en el corazón .
Con el deseo de que así sea en nuestras vidas, os abraza,
Sor Marta.
¡FELIZ PENTECOSTÉS!
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