Cuando vives en un país extranjero, aunque te sientas bien, a gusto y con paz, siempre se echa de menos « algo ». Basta oír a lo lejos una palabra en tu idioma para que estires la cabeza y ver de donde proviene esa voz que te habla de la Patria.
En nuestra diócesis hay varias religiosas de habla hispana y de distintos países. Cuando nos encontramos, como podéis imaginar es el castellano que surge desde lo mas profundo de nuestro ser. Se olvida el francés y los distintos dialectos de los lugares donde cada una trabajamos.
Hace ya tiempo que hemos pensado reunirnos e intentar seguir juntas una formación permanente. Esto se hizo realidad por primera vez el fin de semana pasado.
Nos juntamos en Materi 15 religiosas –de Panamá, El Salvador, Colombia, Centroamérica y España (la Madre Patria, como ellas la llaman)-. Ya podéis imaginar el jaleillo. Todo en español: rezos, cantos, juegos… La conferencia de la Hna Micaela sobre “Los Desafíos de la Vida Religiosa estuvo muy interesante y luego tuvimos un rato de intercambios de ideas y experiencias que creo nos hizo mucho bien a todas.
Hace ya tiempo que hemos pensado reunirnos e intentar seguir juntas una formación permanente. Esto se hizo realidad por primera vez el fin de semana pasado.
Nos juntamos en Materi 15 religiosas –de Panamá, El Salvador, Colombia, Centroamérica y España (la Madre Patria, como ellas la llaman)-. Ya podéis imaginar el jaleillo. Todo en español: rezos, cantos, juegos… La conferencia de la Hna Micaela sobre “Los Desafíos de la Vida Religiosa estuvo muy interesante y luego tuvimos un rato de intercambios de ideas y experiencias que creo nos hizo mucho bien a todas.
Para la Eucaristía invitamos a un sacerdote de Valladolid –P. Juan Medina (IEME)- que vive en Togo y que para llegar hasta Materi tuvo que meter su moto en una piragua y atravesar el río fronterizo que separa los dos países. Para la comida del segundo día vino Mgr Pascal a saludarnos (¡con la condición de hablar en español!). Le acompañaron dos religiosas italianas que desean fundar en la diócesis. Las encanto ver la unión, la cercanía entre todas y la alegría reinante.
Es cierto que necesitamos la amistad y el apoyo de unas con otras. No somos islas. Vivimos lejos de nuestros países pero en la unidad de la diversidad nos encontramos y juntas sentimos que estamos en Pascua. Todo es gozo. La victoria de Jesús resucitado la sentimos cada una en nuestros corazones porque somos resucitados con El y por El.
El próximo encuentro ya lo preparamos desde hoy con ilusión y con el compromiso de rezar hasta entonces por el amigo invisible que nos ha tocado en suerte.
He querido compartir estas vivencias con vosotros para que os unáis a nuestra familia en Natitingou (Benin). Un fuerte abrazo .
Encarnación
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