¿POR QUE SOY MISIONERA?
Desde Pequeña siempre quise ser misionera.
Desde Pequeña siempre quise ser misionera.
Ir a un país lejano a enseñar a los “negritos” el catecismo y bautizarlos, curarlos, enseñarlos….
Y hoy, después de vivir 30 años en Benin
Y hoy, después de vivir 30 años en Benin
¿Por que soy aún misionera?
Soy misionera porque siento la necesidad de dar,
Soy misionera porque siento la necesidad de dar,
de compartir, de comunicar lo que yo he recibido.
Y os aseguro que he recibido mucho.
Creemos que somos civilizados y vivimos en un país desarrollado,
Creemos que somos civilizados y vivimos en un país desarrollado,
que sabemos todo y que somos “más que nadie”.
Estamos equivocados.
En el fondo no sabemos casi nada
porque todo lo que aprendemos en los libros no lo vivimos,
no lo interiorizamos, no lo hacemos nuestro.
Aquí, entre gente de otra cultura, otra raza, otra religión
Aquí, entre gente de otra cultura, otra raza, otra religión
he aprendido el valor de lo cotidiano,
de lo que aparentemente no merece la pena.
He aprendido el valor de un saludo, de una visita, de una sonrisa.
He aprendido el valor de perder el tiempo con una persona,
he aprendido a “no tener prisa” yo que voy siempre corriendo.
He aprendido, cuando enseño algo o cuando doy catequesis,
He aprendido, cuando enseño algo o cuando doy catequesis,
a mirar a los ojos y ver en los niños y en los adultos el deseo de formarse, de conocer cosas nuevas, de superarse, de querer salir de la ignorancia….
He aprendido a vivir en la verdad,a tener actitudes de verdad,
porque no es honesto engañar a nadie.
Soy misionera porque he intentado
Soy misionera porque he intentado
(aunque no siempre lo he conseguido)
no imponer mis costumbres, mi cultura, mi formación.
He intentado comprender el por qué de las cosas y de las personas
y aceptarlas, aunque no las entienda.
En todos estos años he vivido el día a día,
En todos estos años he vivido el día a día,
sin preocuparme del mañana,
sin agobiarme por lo que aún no ha ocurrido,
sin sufrir por lo que no puedo cambiar.
Soy misionera porque viniendo a dar,
Soy misionera porque viniendo a dar,
he sabido (¡creo!), recibir de otras personas distintas que yo en todo
pero iguales en dignidad
porque todos somos hijos de Dios.
Soy misionera, porque el Señor ha querido llamarme
Soy misionera, porque el Señor ha querido llamarme
a testimoniar de su amor infinito
allí donde el ha querido enviarme.
Merece la pena intentarlo.
Merece la pena intentarlo.
Y soy muy feliz….
Sor Encarnacion Hernández
Misionera Teatina en Benín