Cuando voy a los pueblos de la zona norte de nuestra parroquia, paso por Sery que esta muy cerca de Materi donde tengo un numeroso grupo de madres.
Al pasar siempre miro a la sala abierta donde nos reunimos y veo que desde hace dos o tres meses hay un grupito de personas mayores aprendiendo a leer y escribir en byali (lengua local).
Un día pregunte que quienes eran los alumnos y resulto que eran “mis madres”. Me alegre muchísimo pues comprendí, que al salir la idea de ellas, que querían aprender. ¡Con cuanto entusiasmo me leían las palabras escritas en el encerado y las que ellas escribían en sus pizarras y cuadernos!
Ayer las lleve un librito a cada una escrito en byali. Son de temas que yo las enseño: higiene, enfermedades infantiles, vacunas…etc. Unas a otras se ayudaban a descifrar las silabas más difíciles y reían nerviosas cuando comprendían la palabra recién descubierta. El libro les hizo una ilusión tremenda y me prometieron que la próxima vez lo leerían de corrido. Pero a mi me dio mucha mas alegría al ver su deseo de aprender, de salir de la ignorancia, de conocer otras cosas.
A veces, cuando voy a los pueblos me desanimo. No veo el progreso que yo desearía; No asimilan lo que les enseño y más, cuando en la práctica hacen todo lo contrario de lo que les digo. Pero cuando me pongo en su lugar, en el medio y en las condiciones en que viven, pienso convencida que los milagros existen y que África saldrá adelante porque sus mujeres (a otro ritmo distinto del mío), quieren salir adelante y os aseguro que lo lograran.
Un fuerte abrazo a todos
Encarnación